Plan Rosebud 1+2

Plan Rosebud 1: La escena del crimen

Plan Rosebud 1 se centra en el reciente debate social en torno a la llamada Ley de memoria histórica en España, y la actual relación entre los lugares de memoria y las políticas de memoria, y las industrias culturales, muy especialmente estudiados, en nuestro caso, a través del turismo de guerra y el turismo conmemorativo (que forma el grueso del material de los cuatro escenarios que contiene esta primera película).

Este estudio, igual que la segunda parte de Plan Rosebud, se estructura en cuatro capítulos y tres intermedios, y no sólo se limita al Estado español, y en especial a Galicia (el lugar donde yo –y el general Francisco Franco– hemos nacido), sino que se presenta como un estudio comparativo con Reino Unido y, en general, con las políticas de memoria europeas tras la II Guerra Mundial. El motivo para escoger el Estado británico como variable comparativa más significativa tenía que ver con el hecho de ser una democracia europea bien establecida con un pasado completamente diferente al que nosotros hemos heredado de la dictadura franquista, y, sin embargo, como descubrimos a lo largo de este proceso, con dinámicas bastante más similares de lo esperado en lo que se refiere al entrelazamiento entre las industrias culturales y la memoria (un fenómeno imparable y supraestatal debido a la globalización económica) y también con políticas de memoria igualmente selectivas en lo que atañe a episodios que puedan contradecir o cuestionar las narrativas heroicas compactas y lineales que transmiten el Estado o los medios de comunicación (me estoy refiriendo, por ejemplo, al escaso eco que han tenido las investigaciones sobre los campos de prisioneros alemanes e italianos en Reino Unido hasta hace bien poco).

Plan Rosebud 2: Convocando a los fantasmas

En la Transición española y en su contexto cultural, así como en los últimos años del laborismo británico de los setenta y en la llegada al poder de la líder conservadora Margaret Thatcher, enfoca su atención el film Plan Rosebud 2, y trata de desmontar, a través del análisis de algunos casos concretos de movimientos sociales y de producciones de la cultura popular, la idea de la Transición como un pacto de elites, el discurso oficial, teleológico y compacto de una clase política que, con Adolfo Suárez y el rey Juan Carlos al frente, «salvó» al Estado español de una nueva guerra civil posibilitando el cambio «pacífico» a un régimen democrático (como podemos ver y escuchar, por ejemplo, en el relato mitológico-mediático por excelencia, La Transición española, la serie dirigida por la periodista Victoria Prego en los primeros años del Gobierno de Felipe González).

De nuevo el discurso épico, construido a través de los media y de cierto tipo de cinematografía, falsea, desde nuestro punto de vista, el trabajo real y la madurez de una sociedad civil que, desde hacía décadas, sostenía una resistencia más o menos solapada contra las estrategias represivas e instrumentalizadoras de la dictadura. Nuestro interés aquí es estudiar la cultura popular en relación con las diferentes fuerzas sociales protagonistas del cambio político (desde el sindicalismo de base hasta el movimiento feminista, pasando por las asociaciones de vecinos o los colectivos de gays y lesbianas) y analizar por qué y cómo ciertas imágenes del cine militante que trasparentan el esfuerzo colectivo de estas luchas han sido relevadas o incluso censuradas indirectamente para posibilitar la narrativa triunfante, personalista y lineal que todos hemos aprendido a través de la televisión o la prensa de mayor difusión.

(Maria Ruido, 2008)

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